Hoy es un gran día

Gripe estomacal.
Acabo de vomitar.
Suena el teléfono,
número desconocido.
Respondo por casualidad.
Que traen una caja de libros, dicen.
No puede ser, pienso.
Pero sí, son ellos.
Los distribuidores.
Van por libre.
Da igual que tú seas el autor.
A ellos no les importa (¿cómo podría importarles si ni siquiera lo saben?).
Es un tipo que trae un paquete,
en su furgoneta,
y punto.
¿Pues qué te creías?
¿Que se pararía el mundo?
¿Que sonarían violines y caerían pétalos de rosas?
Total, aquí está tu primera novela.
Sí, sí, déjela aquí, por favor.
Muchas gracias.
Muy amable.
Quedó bonita.
Hoy es un gran día.